Bruno, el ratón astuto

 cuento: Bruno, el ratón astuto - cabecera

Autor: Antonio Martínez Lorente

Bruno es un ratoncito que vive en una ratonera de una granja agrícola. Aprovechando las muchas semillas que hay en ese lugar, nuestro ratón, cultiva un pequeño terreno y  cuyas abundantes cosechas, sirven para dar de comer a su esposa y sus 39 hijos.

Trabaja de sol a sol, parando sólo para comer, y cuando llega la noche está muy cansado; pero como él se dice: son muchas bocas que tengo que alimentar. Y así, día tras día, transcurre su vida.

Una mañana, buscando nuevas semillas, se alejó demasiado de la granja. Encontró varias semillas nuevas para su terreno y como hacía mucho calor, decidió descansar un poco, a la sombra de un montón de piedras. Bruno, se vio sorprendido por una serpiente, que no parecía traer muy buenas intenciones.

¡ Hola ratoncillo – le dijo la serpiente – ¿Sabes que vas a ser mi comida ?

cuento: Bruno, el ratón astuto - con la serpiente

Nuestro ratoncillo estaba muy asustado, quedó paralizado a merced del ofidio.

¡ Por favor, señora serpiente – suplicó, sin apenas poder hablar – no me coma !, ¡ soy padre de 39 ratoncitos y soy el único sustento para mi familia !

¿ 39 suculentos ratones y bien tiernecitos? – replicó la serpiente – ¡ Mmm, que banquetazo !

¡ Se lo suplico – imploró el roedor – déjeme ir !

¡ Tengo hambre, hoy no he desayunado – dijo el reptil – Soy una serpiente y las serpientes, comemos ratones de campo como tú !

¡ Soy muy pequeño, apenas un bocado, – le intentó convencer el ratón – además estoy muy resfriado; mira… achís, achís , sí me comes te pondrás malita. Te puedo servir mejor sí me dejas vivo !

¡ Que idea me has dado – exclamó la serpiente – tu vives en una granja, ¿ no?.

Si, – afirmó nuestro protagonista – ¿por qué lo preguntas?

¡ He oído hablar de los manjares que comen los humanos ; delicias de todo tipo: huevos, jamón, carne de cerdo y de cordero, se me hace la boca agua – se relamía el reptil –. Te voy a perdonar la vida, pero a cambio, me traerás todos los días comida de esa, tan rica, que hay en la granja !

¡ Pero, señora, entrar en la casa a coger comida es muy peligroso, – dijo Bruno – un enorme gato custodia el frigorífico; es un gato muy ágil y me podría comer !

 Elige, ¿quieres arriesgarte con el gato o ahora mismo te devoro yo ? – amenazó el ofidio – ¡ tú decides !

Está bien, le traeré la comida – asintió con resignación nuestro ratón –

¡ Recuerda, todos los días en éste lugar, me traerás ricos manjares – advirtió la serpiente – y no intentes engañarme, soy muy astuta y te he olido con mi lengua bífida; te podría encontrar en cualquier sitio !, ¿ entiendes ?

Bruno, llegó muy preocupado a su casa y le contó a su mujer lo sucedido. De todas formas se jugaba la vida, con el gato o con la serpiente. Al menos, con el gato, se la jugaba él sólo, pero con la serpiente, ponía en riesgo a su numerosa familia.

Al día siguiente, aprovechando que el gato estaba echando la siesta, el ratón se coló en la cocina y pudo coger los alimentos para el reptil. Más tarde, la serpiente ya había comido lo que le llevo el roedor.

¡ Deliciosa- se relamió – mañana traes más ! Y así, día tras día, Bruno le llevaba la comida a la avariciosa serpiente.

cuento: Bruno, el ratón astuto - comida del frigorífico

En una de sus aventuras al frigorífico de la granja el gato no estaba en su puesto de vigilancia y el » frigo » estaba vacío; no había nadie en la casa, los dueños de la granja se habían ido de vacaciones.

Bruno se estremeció y se decía a sí mismo: ¡ Dios mío , si no hay comida la serpiente me comerá y a mi familia, ¿qué puedo hacer? Cuando se lo contó a su esposa, ésta le dijo que tenía guardada una docena de huevos. ¡ Hoy podrá comer esa víbora y mañana ya veremos que es lo que hacemos ! – le explicó la señora ratona a su marido –

Bruno, que era un ratón muy astuto, tuvo una gran idea. Trazó un genial plan para librarse de la abusona serpiente de una vez por todas. Antes de ir, como cada día a verla, escondió los huevos en una madriguera de conejo que estaba abandonada.

Cuando el ratón acudió a su habitual cita con el reptil, le contó lo que había ocurrido, que no quedaba comida en la casa. La serpiente se enfadó muchísimo y enrollándose al cuerpo Bruno, le amenazó con comérselo en ese mismo instante.

¡ Reza tus oraciones, pequeño roedor – gritó llena de ira la serpiente – ha llegado tu final ! .¡ Espera , – reflexionó el ofidio – dices que tienes 39 hijos; me traerás cada día uno de ellos para saciar mi hambre !

¡ Te puedo ofrecer algo mejor cuento: Bruno, el ratón astuto - la serpiente quiere comerlo– contestó Bruno temblando de miedo – algo más sabroso !         ¿Qué es ? – preguntó malhumorada- ¡Habla!                                                  ¡ Pues que viniendo para aquí he visto un nido de huevos de tortuga y eran muy, pero que muy grandes !

¡ Llévame allí ! – ordenó ansiosamente –

La abusona serpiente se dio un atracón con los huevos que Bruno había escondido.
¡ Encuentra más nidos de éstos o me comeré a toda tu familia ! – advirtió el ofidio –

La trampa de nuestro amigo ya estaba preparada. Al día siguiente, el ratón la llevó a un nuevo nido, advirtiendo que en él, había muchos huevos de perdiz.

Sin pensarlo dos veces, la avariciosa serpiente, se metió en la madriguera; en la cual no había huevos, pero si había una mangosta, que es un mamífero que se alimenta de serpientes.

La mangosta se comió al reptil en un abrir y cerrar de ojos. La tirana serpiente, había recibido su merecido. Pero Bruno, se enfrentaba a otro problema. Veréis; las mangostas también comen ratones, ¡ Gracias, ratón, por traerme el almuerzo – le dijo la mangosta – pero no tengo cena: tu serás mi banquete !

Nuestro pequeño amigo había salido de un lío para meterse en otro, pero esta vez, lo tenía todo bien planeado.

¡ Yo soy un pequeño bocado para ti – repuso el ratón – pero te puedo llevar a un gran nido de serpientes donde te podrás dar un atracón; y eso sería cada día, ya que conozco el lugar de muchos de esos nidos !

¡ Si quieres salvar la vida, – advirtió la mangosta – espero que así sea ! ¡Llévame a ese jugoso nido!.

cuento: Bruno, el ratón astuto - con la mangosta

Nuestro protagonista, llevó a la mangosta a una explanada, donde apenas había vegetación.
¿ Es aquí dónde está ese nido ? – preguntó impaciente la nueva abusona del ratoncito –

¡ Aquí es – respondió – espera un momento y podrás comer cuanto quieras !

Bruno sabía que en aquél paraje vivía un águila imperial. De pronto, la figura del ave rapaz, surcaba el aire: y como un rayo, se dejó caer sobre la mangosta, la cual, nada pudo hacer por escapar.

cuento: Bruno, el ratón astuto - el águila acecha

Mientras que el águila se comía a la mangosta, el ratoncillo continuaba con su plan. Él sabía que el ave se lo podía comer de postre. Tomó de esas florecillas, que parecen algodón y se la puso en la boca.

¿ Qué tienes en la boca ?- preguntó el ave rapaz –

¡ Tengo la rabia ! – contestó Bruno –

cuento: Bruno, el ratón astuto - engaña a la serpiente

¿ La rabia? – se alarmó el águila – ¡ Alejate de mí !. El águila alzó el vuelo con la mangosta entre sus garras y desapareció en el cielo azul.

Bruno había vencido. La astucia pudo contra las abusonas serpiente y mangosta.
Al llegar a su casa se encontró con el gato.

¡ Gatito – provocó Bruno – tengo la rabia !, ¿ por qué no me comes ?

El gato huyó a toda prisa y desde ése día no volvió a molestar a la familia ratona.

Bruno, nunca volvió a alejarse de la seguridad de su hogar.
¡ Más vale cultivar semillas conocidas que nuevas por conocer!.

cuento: Bruno, el ratón astuto - engaña al gato