TITA DESCUBRE EL ARCO ÍRIS

Hola amiguitos, ¿ recordáis a Tita, la gotita de agua que hizo su primer viaje y que vivió muchas aventuras hasta reunirse con mamá nube?

Después de aquella primera aventura , Tita ha hecho muchos viajes en el ciclo continuo del agua en el planeta tierra: se ha convertido en copo de nieve en el invierno cayendo a tierra plácidamente , se convirtió en granizo cayendo a tierra con mucha velocidad y fuerza en alguna tormenta, también en chirimiri o calabobos cayendo con poca fuerza al suelo y otras muchas formas de lluvia, incluso ,como niebla llegando a ras de suelo El viaje más corto que hizo Tita fue una vez que llovió sobre el mar, porque también llueve sobre el mismo mar…

Pero hoy va a ocurrir un fenómeno muy extraño para Tita, va a conocer el arcoíris.

Como tantas veces, mamá nube se encontraba sobre las regiones de tierra adentro y estaba muy cargada de millones y millones de gotas de agua, y entre ellas nuestra protagonista, que estaba impaciente para comenzar un nuevo viaje.

Llegado el momento, todas las nubes allí reunidas comenzaron a llover y todas las gotas de agua se habían puesto su mochila-paracaídas para caer en tierra. Caían y

caían, pero esta vez parecía no llegar nunca el turno a nuestra amiga, hasta llegar a desesperarse .

-¿Por qué no caemos esta vez?- preguntó muy nerviosa.

-Espera a tu turno- , contestó mamá nube, – no seas impaciente-.

-Pero ya está dejando de llover y muchas hermanas y yo no hemos llovido todavía -, dijo más alterada aún.

-Primero caéis las gotas de mayor peso, contestó otra vez mamá nube, esta vez tú y tus hermanas pesáis menos que otras veces y caeréis un poco más tarde, ten paciencia-.

Tita y muchísimas hermanas esperaron y esperaron hasta que por fin les llegó el turno y en este momento ocurrió algo inesperado y extraño. En vez de caer a tierra se quedaron suspendidas en el aire. Mamá nube ya no estaba allí y el sol empezaba a brillar.

-¿Qué pasa aquí?, ¿por qué no caemos como otras veces?-, preguntó Tita con mucha sorpresa.

-Debido a nuestro poco peso estamos suspendidas en el aire; estamos flotando-, contestó una de sus hermanas.

-Pero si no caemos a tierra, no podremos llegar al mar y no nos encontraremos con mamá nube como tantas veces al final de nuestro viaje-; dijo Tita muy nerviosa.

-Tranquilízate-, le sugirió su hermana, -caeremos a tierra pero más despacio que otras veces y podremos llegar a casa como siempre-.

Mientras las dos hermanas estaban charlando, los rayos del sol llegaban a todas y cada una de las gotas suspendidas en el aire y es aquí donde Tita pudo admirar por primera vez el espectáculo más maravilloso y hermoso de la madre naturaleza: EL ARCOÍRIS.

Gotita ve el Arco Íris
Gotita ve el Arco Íris

Pudo comprobar que cuando por su derecha llegaba un rayo de sol, por su izquierda salían una multitud de colores preciosos que formaban bandas y eso le pasaba a todas sus semejantes, formando un arco mágico de vivos colores.

-¿Eh… qué me está pasando?, ¿por qué me llega por un lado un rayo de luz y por el otro salen muchos colores?-. Se asustó Tita mientras no dejaba de mirar a uno y otro lado de sí misma.

-No te asustes-, la volvió a tranquilizar la otra gotita,- es un fenómeno de la naturaleza que se llama arcoíris. Y se produce cuando para de llover y los rayos del sol pasa a través de nosotras, las gotas de agua en suspensión y dado que actuamos como prismas, descomponemos la luz en colores-.

-¿Prisma… yo soy un prisma?, ¿qué es un prisma?- ,no salía de su asombro nuestra protagonista.

-No, tú no eres un prisma, pero cuando la luz del sol pasa a través de ti, actúas como uno de ellos- , le explicó la otra gotita . -Un prisma es como un triángulo muy alargado ; como la caja de un toblerone transparente y cuando la luz llega a una de sus caras, la luz, que la vemos blanca ,se descompone en siete colores. Estos colores son los que ves que salen de ti-.

-Son el rojo, naranja, amarillo, verde, azul, añil y violeta, según veo yo-, aseguró Tita. -Es como si cada una de nosotras pintáramos de colores un trocito de cielo-.

-Así es-, afirmó la pequeña hermana, -entre todas y el sol creamos este maravilloso espectáculo de luz y color que siempre ha admirado el ser humano-.

-Además la luz del sol da un calorcito muy agradable y me hace cosquillas- , decía la maravillada gota de agua. -Cuánto dura este efecto visual?-

-Dura mientras nosotras estemos en suspensión-, contestó su hermanita,- nosotras iremos cayendo suavemente a tierra y el arcoíris se irá deshaciendo hasta una próxima lluvia-.

-Si subimos a la parte más alta del arcoíris y luego nos deslizamos por él, como si fuera un tobogán , caeríamos más rápido a tierra, sugirió Tita-.

-Ja, ja, ja-, comenzó a reírse su hermanita.

-¿Por qué te ríes, he dicho algo gracioso?-, exclamó Tita.

-Es imposible usar el arcoíris como tobogán, porque aunque lo veamos como un arco, en realidad no lo es. Donde vemos que se junta con la tierra, no se junta en ese lugar es el horizonte; es lo mismo que pasa en el mar que parece que se junta el mar con el cielo, pero no ocurre así. Aquí pasa igual-, le explicó su semejante gotita.

Nuestras dos gotitas iban descendiendo poco a poco y Tita comprobaba que el arcoíris se borraba del cielo lentamente.

-Es una pena que se borre del cielo algo tan bonito-, comentó con tristeza

-Ya lo formaremos en otra ocasión. Ahora tenemos que continuar nuestro viaje hasta el mar y el camino es largo-, añadió la otra gota.

-¿Qué te parece si hacemos el viaje juntas y me cuentas más cosas del arcoíris?-, propuso Tita.

-Muy bien-, contestó la otra gota de agua. -Por cierto, yo me llamo Goti, ¿y tú?-

-Me llamo Tita-, respondió nuestra amiguita,- somos tantísimos millones de hermanas que no podemos saber el nombre de todas-

– Oye, Goti, ¿cómo sabes tantas cosas sobre el arcoíris?-

-Hace tiempo me lo contó mamá nube cuando lo descubrí por primera vez-.

Poco a poco nuestras dos amigas descendían a tierra y como siempre, se filtraron a través de la tierra y llegaron al nacimiento del río y desde allí comenzó su camino hacia el mar donde les esperaría mamá nube.

-Díme, ¿desde cuando se forma el arcoíris?-, preguntó Tita.

-Yo creo que desde que el mundo es mundo-, contestó Goti, – pero entre los humanos hay una leyenda en la cual se dice que fue el Dios de los hombres quien, a través de un pacto con ellos, se vería en el cielo cuando dejara de llover-.

Un barco en el mar y el arco íris al fondo
Goti y Tita por el mar

-¿Un pacto?- Interrogó nuestra protagonista.

-Si, así fue. De camino hacia el mar te contaré todo. Resulta que hace muchísimos años, pero que muchísimos , los hombres que poblaban la tierra eran muy malos y cometían toda clase de pecados contra su Dios y éste ,para castigarlos, les envió el diluvio universal. Llovió durante cuarenta días y cuarenta noches sin parar hasta que las aguas cubrieron toda la tierra, incluso las más altas montañas. El resultado fue que toda la humanidad murió ahogada-, Le contó Goti.

-Cáscaras… ¿Murieron todos los hombres ahogados?-

-Todos no. Había un hombre que obedecía a su Dios y fue salvado junto a su familia; se llamaba Noé. Dios le dijo que hiciera un arca muy grande y que metiera una pareja de cada clase de animales para que después del diluvio se reprodujeran . Así que sólo se salvaron los animales y Noé y su familia-.

Tita iba tan atenta con el relato de su hermana que no se dio cuenta que se había encontrado con un viejo amigo, el cangrejo Anastasio.

-Hola Tita, ya no saludas a los amigos-, dijo el cangrejo.

-Perdona Anastasio, pero iba tan atenta escuchando a mi hermana Goti, que no me he dado cuenta de tu presencia-, contestó.

-¿Vienes aquí para que te respire antes de seguir tu camino?-

-Perdona esta vez, pero vamos muy retrasadas. Respira esta vez a mis hermanas y te prometo que en el próximo viaje te dejaré que me respires. Hasta pronto, aseguró la gota de agua-.

Y continuaron su camino. Tita quería saber más y más sobre la historia que le contaba Goti.

-Me decías que el Dios de los hombres hizo un pacto con ellos…-

-Sí, cuando dejó de llover las aguas bajaron de nivel, el arca se chocó contra una gran montaña y allí estuvieron hasta que pudieron viajar a la llanura-.

En su camino se encontraron con otro ser ya conocido que llamó la atención de Tita

-Buenos días Tita,¿ Te acuerdas de mí?, preguntó ese ser.

-¿Quién es?- Quiso saber Goti.

-No te acerques a ella , es la contaminación y es muy mala. Si te toca te contamina y no puedes ni moverte por el río-, explicó Tita.

Goti y Tita junto a peces en el mar contaminado
Contaminación en el mar

-Ja, ja, ja-, se reía la contaminación ,- eres muy rencorosa, ja,ja,ja… ¿No quieres que te de un abrazo?-.

Las dos gotas de agua siguieron su camino dejando atrás a la malvada contaminación.

-Lo que no entiendo es que pacto hizo Dios con los hombres-, se preguntaba nuestra amiga.

-Ya te lo explico. Dios les prometió a Noé y su descendencia que nunca más habría otro diluvio universal y ese pacto sería el arcoíris que saldría cada vez que dejara de llover-.

Nuestras amigas, las gotas de agua iban muy atentas a su conversación y no se dieron cuenta que entraban en una red de agua de un pueblo. Cuando entraron en una tubería y se dieron cuenta que ese no era el camino que debían seguir, no pudieron volver atrás porque una fuerte corriente les empujaba hacia delante

. Al final de la tubería se encontraba una fuente decorativa de agua de un parque del pueblo y ambas gotas salieron despedidas hacia arriba con mucha fuerza para caer dentro del pequeño estanque de la fuente .

-¿Dónde estamos?-, preguntó Goti.

-No lo sé-. Contestó Tita,- pero esto es muy divertido. Subimos con mucha velocidad y caemos en picado al agua-.

-Es verdad , vamos a repetir varias veces antes de seguir nuestro camino- , propuso Goti.

Y así lo hicieron. Estuvieron jugando a los saltos de agua hasta que una de las veces los rayos del sol daban directo sobre el agua de la fuente y por un instante se dibujó el arcoíris.

-Mira Goti, el arcoíris se ha dibujado sobre la fuente-. Gritó Tita muy entusiasmada .

-Claro-, explicó Goti,-sólo hace falta dos cosas para que se pueda formar el arcoíris : sol y agua y aquí hay de las dos cosas-.

Niño cogiendo un cubo de agua de un estanque donde están Goti y Tita
Niño recoge a Goti y Tita en un cubo

Tan distraídas estaban viendo el arcoíris que se había formado en el estanque de la fuente que no se dieron cuenta que un niño, con un cubo de playa, cogiendo agua de la fuente, las metió dentro del cubo .

-¿Qué pasa ahora?,¿dónde estamos?´- Preguntó Goti.

Tita se dio cuenta que estaban en un cubo de agua y que el niño que las metió allí era el mismo que en su primer viaje casi la bebe.

-No te preocupes , es un viejo conocido- , tranquilizó Tita, -déjame hablar con él y todo se solucionará-.

Tita subió a la parte más alta del cubo y le dijo al niño

-Por favor, devuélvenos al estanque para que podamos llegar al mar con mamá nube-.

El niño, recordó lo que pasó con aquella gota de agua que le habló que casi entra en shok y las devolvió al estanque diciendo : -Yo no estoy loco, una gota que habla-. Y repitiendo eso se marchó a casa.

Nuestras protagonistas decidieron seguir su camino y por un desagüe entraron en otra tubería que les llevó de nuevo al río.

-Vaya aventura-, exclamó Goti, -verás cuando se lo contemos a mamá nube-.

-Sí, en cada viaje vivimos nuevas experiencias, aseguró Tita-.

Nuestras amiguitas continuaban avanzando por el río en su camino al mar y tan concentradas estaban en su conversación que no se dieron cuenta que el cielo se estaba nublando y amenazaba lluvia.

-Cuéntame más cosas sobre el arcoíris-, hermana, pidió Tita.

-No creas que sé mucho más de lo que ya te he contado-, respondió Goti, – sólo decirte que pueblos muy antiguos ,cuando había sequía, hacían danzas de la lluvia para sus cosechas y cuando paraba de llover , admiraban el arcoíris cono si fuera una manifestación de los dioses-.

Comenzó a llover muy fuerte y el río fue aumentando su caudal hasta desbordarse y Tita y Goti, salieron del cauce del río y fueron a parar a un campo de labranza. Goti se asustó mucho porque fuera del río no llegarían al mar, pero para Tita ese campo no le era desconocido. Y así era, a lo lejos había un humano , un labrador que resultó ser Dímas, un antiguo amigo.

-No te preocupes, traquilizó Tita, ese humano, es amigo mío y nos llevará de nuevo al río..Di…dímas, soy la voz del espíritu del río y esta vez necesito de tu ayuda-.

Dímas, que reconoció la voz que en otro tiempo le ayudó a que sus campos estuvieran siempre regados , corrió a la ayuda de las dos gotas.

-Aquí estamos , gritó Tita, somos las dos gotas de agua , ¿ nos ves?-

-Claro que sí-, se sonrió Dímas, -con tu ayuda mis campos son muy fértiles y no se los tuve que vender al cacique del pueblo. ¿Qué puedo hacer por vosotras?-

-Llevarnos de nuevo al río-.

Así lo hizo, tomó un pequeño recipiente de cristal y metió en él las dos hermanas y las arrojó de nuevo al río.

-Adiós espíritu del río ya nos encontraremos en otro viaje, y muchas gracias por todo-.

Seguían avanzando cuando en el cielo se volvió a dibujar el arcoíris.

-Mira, hermana, otra vez el arcoíris- , exclamó con mucha alegría Tita. – Que bonito es…-

Rio de agua en un paisaje frondoso donde van Goti y Tita viendo el Arco Íris.
Goti y Tita ven el Arco Íris desde el río

-Claro como ha dejado de llover, nuestras hermanas que están en suspensión y la luz del sol han hecho este prodigio, decía Goti, y además , mira, se refeja en el río-.

-Es todo precioso- , decía con gran admiración nuestra protagonista.

Ya estaban muy cerca del mar y se apresuraron para reunirse lo antes posible con su mamá. Sabían que tenían que esperar en el mar hasta que el sol las evaporara para subir hacia arriba y que se formase mamá nube con millones de hermanas gotas.

Cuando se formó mamá nube, ambas gotas no paraban de hablar y contarle todo lo que habían vivido en este viaje.

El ciclo del agua en nuestro planeta continuó , y Tita hizo muchísimos viajes más. Pero eso lo dejaremos para más adelante.

FIN

El primer viaje de Tita

cabecera tita

En algún lugar indeterminado en el mar Mediterráneo y por acción del calor de los rayos del sol, se va a producir el nacimiento de una gota de agua llamada Tita. Esta gotita de agua, nuestra protagonista, va a hacer su primer viaje; viaje que tendrá su continuación en un ciclo infinito del agua en nuestro planeta.
Tita ya ha ascendido con millones y millones de hermanas al cielo, dónde las corrientes frías de aire, harán que se condensen y entre todas formen a mamá nube; y aquí es dónde verdaderamente comienza nuestro relato.

– ¡Hola Tita, bienvenida! -dijo la nube-. ¡Bienvenida a tu primer viaje!.
– ¿Quien eres?-preguntó- ¿que hago aquí?.
– Soy mamá nube y vas a ser parte del misterio continuo del agua de éste planeta -le respondió-.
– ¿Para dónde vamos? -volvió a preguntar-.
– Será el viento quien decida hacia dónde vamos, si el viento es de levante iremos hacia la costa y luego a las montañas y si el viento es de poniente, nos llevará mar adentro y a otros países.
– Si vamos a las montañas,  ¿que pasa? -interrogaba sin parar-.

Mientras la nube le contestaba sin cesar a todas sus preguntas, el viento de levante empujaba  las nubes hacia el interior; a las montañas mamá nube fue engordando y llegaba el momento del parto o lo que es lo mismo, pronto llovería en ése lugar, cientos de nubes se reunieron allí mismo.

– Tita -dijo mamá nube- ha llegado el momento. Tú y tus hermanas pesáis demasiado y ya no os puedo transportar. Vuestro viaje comienza ahora y nos volveremos a encontrar al final del camino; en el mar. Preparad vuestra mochila paracaídas y que tengáis buen viaje.

Tita_en_paracaidas

En ese momento comenzó a llover y Tita, junto a muchos millones de sus hermanas empezaron a caer rápidamente hacia el suelo. Las nubes chocaban unas contra otras produciendo un ruido espantoso que iba precedido de un destello cegador. En poco tiempo, Tita ya estaba en tierra y comenzó a hundirse en el barro.

– ¿Que ocurre?- se cuestionó la gota de agua-. ¿Por qué nos hundimos?.

Un árbol plantado en ese lugar le contestó:
– Os estáis filtrando para buscar el nacimiento del río; un nacimiento subterráneo. Nosotros los vegetales tomaremos un poquito de vuestra agua para poder vivir y vosotras continuareis vuestro viaje.
tita_y_arbol
– ¿Tu vives gracias a mí y mis hermanas? -preguntó asombrada Tita-.
– ¡Sí ! -contestó el árbol-. Todas las plantas, incluidos nosotros los árboles necesitamos agua y minerales de la tierra. ¡Mira si sois importantes, gotita!. Luego nosotros contribuimos con el ciclo interminable de la naturaleza.

– Me gustaría hablar mas tiempo con usted -afirmó Tita-, pero tengo que proseguir mi viaje. ¡Adiós, nos volveremos a ver en otro ciclo! -se despidió el señor árbol-.

Tita se hundía entre la oscura y densa tierra; no se veía nada. Todas las gotas filtradas llegaron a una caverna subterránea donde había un lago.
Cuando cayeron en el lago, una pendiente les empujaba hacia el exterior como si de un tobogán se tratara. Ya estaba en el río, ya emprendía el regreso a casa. Al principio la corriente era muy fuerte, pero pasados unos cuantos kilómetros, se hizo mas pausada para poder disfrutar mejor del viaje y contemplar el paisaje.

– ¡Nunca había estado en un río!- le comentó a una de sus hermanas-, mamá me dijo que todos los ríos desembocan en el mar.
– ¡Sí todos los ríos, pero nosotras estamos en un afluente! -le respondió su hermana gota-.
– ¿Un afluente?-dijo extrañada-¿Entonces no vamos al mar?.
– Sí vamos hacia el mar, pero primero tenemos que desembocar en otro río mas grande -le explicó-, un afluente desemboca en un río y éste en el mar.

Todo era nuevo para Tita en su caminar por el río. Las diferentes clases de peces, la vegetación, el paisaje; cuando subía a la superficie.

tita_y_cangrejoDe pronto se topó con un ser extraño: era de color gris verdoso, tenía un fuerte caparazón y era alargado con dos fuertes pinzas en la parte de la cabeza y lo mas curioso es que caminaba hacia atrás.
– ¿Que clase de ser eres tú?-cuestionó nuestra amiga-.

– ¡Soy un cangrejo y vivo en éste río!. Me llamo Anastasio y mi principal  preocupación son los lucios, esos peces se comen todo lo que se mueve, ¡incluidos los cangrejos! -comentó el crustáceo-.
– ¿Puedo hacer algo por usted, don Anastasio? -se ofreció la gota de agua-.
– Pues ya que lo dices…y puesto que eres una gota de agua…pasa por mis branquias para que respire -pidió el cangrejo de río-.

– ¡Pero si me respira usted… no podré llegar al mar con mi mamá! -expuso llorosa la amiguita-.
– ¡Sí que podrás! -explicó-, los cangrejos como los peces, necesitamos agua para respirar, ya que respiramos por branquias. Fuera del agua nos  ahogaríamos, ¡te respiro, te expulso por mis branquias y continúas tu navegación!.

Así lo hizo y tras despedirse del cangrejo continúo su aventura. Días después, llegaron a desembocar en el río principal. Tita se puso muy contenta de estar por fin en el camino que le llevaría con mamá nube y se puso a nadar como  una loca.

– ¿Dónde vas tan deprisa? – le preguntó una voz-.
– ¡ Hacia el mar, allí me espera mi mamá ! -contestó-.
– ¡ El mar está aún muy lejos ! -explicó la voz-, descansa y charla un poquito conmigo.

Tita se detuvo y se volvió a contemplar a aquel ser que le hablaba. Era muy extraño, no tenía forma definida, pero era de color negro, enorme nariz y ojos rojos de fuego.

tita_en_contaminacion

– ¿ Quien eres tu? -interrogó Tita- ¡ he visto cosas raras en mi viaje, pero tu eres la que más !.
– ¿ No me conoces? -dijo ese extraño ser- , yo vengo de aquella industria química que hay en la ribera del río. Después de sufrir varias reacciones químicas, nos echan al río.
¿Aún no sabes quien soy yo?.
– ¡ No, no lo sé ! -respondió-.
– ¡ Acercate a mí y lo sabrás ! -ordenó el ser.
Tita, en su ignorancia, se acercó a ese ser, que resultó ser la contaminación. La rodeó y dejó a nuestra protagonista totalmente contaminada. Se volvió sucia y muy pesada; apenas podía arrastrarse por el fondo del río.
– ¡ Es usted muy malvada, contaminación ! -susurraba muy triste-, así no podré llegar nunca con mi madre.
– ¿ No te dijo que nunca hables con desconocidos ? -decía riendo- , ¡ cuando quieras pasa a visitarme otra vez !.
Tita prosiguió su camino muy triste y muy pesada. Una corriente extraña le impulsó a una nueva experiencia. Algo parecido a unas hélices la llevaron a un contenedor inmenso de agua y una sustancia llamada cloro, la limpió de la contaminación sufrida. Estaba en un depósito de abastecimiento de agua para los humanos.
Poco después fue atraída a un conducto muy estrecho que los humanos llamaban tuberías y cuando se quiso dar cuenta había salido por un grifo y estaba en un vaso listo para ser bebido por un niño.

tita_en_vaso

– ¡Por favor, no me bebas! -suplicó la gotita-.
– ¿Quien ha dicho éso? – dijo el chico asustado-.
– ¡ Yo…aquí…en el vaso! -contestó Tita- si me bebes no podré llegar al mar; allí me espera mi mamá. Por favor, devuélveme al río.
El niño no salía de su asombro y totalmente pasmado iba diciendo: ¡yo no estoy loco, una gota de agua que habla, yo no estoy loco…!. Y así fue hablando sin parar hasta llegar al río y vaciar el vaso en él. El chaval volvió a casa diciendo lo mismo.
Tita estaba de nuevo en el río y proseguía su caminar. Pasó por saltos de agua, por debajo de puentes, llegó a pueblos humanos, estuvo en un gran pantano dónde no se veían las orillas.
Que divertido fue llegar a la presa y saltar desde tan alto, como si de una montaña rusa se tratara. Conoció a  muchísimos habitantes de las aguas fluviales. Un día cuando ya le faltaba poco para llegar a su destino, ocurrió lo mas insólito. Tita encontró a la orilla del río a un humano adulto que estaba muy apenado. Resulta que éste humano era agricultor y cuando la gota amiga llegó a su altura lo escuchó decir:
– ¡Que pena, mis campos se secan, mis cosechas perdidas y mis hijos sin nada que comer !, tanta agua en el río y que no la pueda utilizar en mis campos por culpa del cacique del pueblo, que como no le vendo mis tierras, tiene comprado a todo el mundo, para que no me dejen ni regar. ¡Él ha ganado!, no tengo mas remedio que venderle mis tierras si no quiero que
mis hijos pasen hambre. Voy a buscarlo y a vender…

tita_en_rio

– ¡Detente labrador! -la voz de Tita surgió del río-.
– ¿Quien ha dicho eso? -respondió contrariado Dimas , pues así se llamaba.
– ¡Soy la voz del espíritu del río -después de la experiencia con el niño, no se quiso identificar como gota de agua-, he oído tu lamento y para que no tengas que vender tus tierras y no estés triste, invocaré a todas las gotas de agua de ahora y de siempre, para que llegando a éste lugar se filtren por debajo de tus bancales y que siempre lo tengan húmedo.
El agricultor totalmente estupefacto sólo pudo decir: Gracias.

– ¿Como te llamas labrador? -preguntó Tita-. ¡ Didi…Dididi…Didi Dimas! -respondió muy nervioso-.
– Adiós Didi Dimas -dijo la gotita convertida en espíritu del río-.
– Adiós espíritu del río – se atrevió a responder nuestro agricultor-.

Tita pidió a sus hermanas que se filtraran por los campos de Dimas y que corriera la voz ,para que todas las que vinieran detrás, hicieran lo mismo. Desde ése día, los campos de  Dimas estuvieron húmedos y tuvo grandes cosechas por lo que no tuvo necesidad de vender sus tierras.

El primer viaje de Tita tocaba a su fin. Una mañana llegó a la desembocadura del río en el mar. Su alegría no tenía límites. Nadó con todas sus fuerzas hasta llegar al agua salada.
Miró, miró y volvió a mirar al cielo. Ni una sola nube en el despejado cielo.

– ¡ Mamá, mamá! -gritaba desesperada- ¿dónde estás mamá?, dijiste que me esperarías en el mar y yo he vuelto y tu no estás. Mientras decía esto se echaba a llorar nuestra gotita.
– ¿Porqué lloras gotita? -dijo una voz con mucha ternura-.
– ¿Eres tú mamá, eres tú? -respondió Tita-, ¿dónde estás?.
– Aquí arriba, soy el sol. ¿Por qué estás tan triste?.
– Porque mamá nube me dijo que me esperaría al llegar al mar -contestó Tita-.
– No te preocupes, pronto vendrá -la consoló el sol- y en ése momento comenzó a cantarle una canción de cuna y Tita se durmió.

Por acción del calor del sol, comenzó a ascender al cielo azul y por condensación se formó mamá nube. Tita se despertó loca de contenta; estaba con su mamá y le tenía que contar todo lo sucedido.

– ¡ Mamá, hablé con un árbol y conocí a un cangrejo y me contaminaron y casi me beben ! -le explicaba apresuradamente-.

tita y mamá
– ¡ Tranquila, cuéntamelo todo desde el principio ! -le pidió mamá nube-.
Tita hizo éste viaje muchísimas veces, pero su primer viaje fue inolvidable.

FIN