En cierta ocasión, alguien dijo que la infancia es el estado donde vivimos permanentemente; una infancia feliz hará que el adulto también lo sea.
Todas las noches, al ir a dormir, mi hijo me pide que le cuente un cuento y yo dejo volar mi imaginación por el dormitorio para intentar crear su mundo de fantasía.
A veces, se me ocurre algo gracioso y sus risas son mi recompensa.
Todos los padres y madres queremos la felicidad de nuestro hijos y si con estos cuentos puedo contribuir en algo, me daré por satisfecho.
Antonio Martínez Lorente
«Quiero dedicar estos cuentos, en primer lugar, a mi hijo Alberto, a todos los niños y a aquéllos que siguen sintiéndose niños.»
- Dromi, el camellito del Rey Melchor
- Jito, el conejo y el Gigante
- Alberto en el País de la Música
- El rabo del perro de San Roque
- La batalla de ajedrez
- Bruno, el ratón astuto
- La tierra del olvido
- Adoquín
- Rufi, una estrella de mar diferente
- Pepo, el árbol bromista.
- Toby, el perro del cuadro.
- El primer viaje de Tita.
- El bosque embrujado
- Tita descubre el Arco Íris